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lunes, 23 de mayo de 2011

Necesitaba hablar(te) un poco de Otoño.

Aquel día decidistes enamorarte de su pelo,de su nariz,de sus ojos,de sus orejas,de su piel dorada,de sus pómulos,de sus manos,de sus pasos,de sus maneras...Y mirate hoy.
Que eres incapaz de pasar un día sin su presencia.Fué la manera tan suya de esperar en el hall lo que te hizo enamorarte de él por primera vez.Decidistes (que aunque te recordaba a la palabra secreto) darlo todo y sentirlo todo.
La rabia
La impotencia
La envidia
Tus latidos errantes
La imposibilidad de entregar un corazón a alguien que no pertenecía a tu mundo
Lo ilicito y lo prohibido
Los disimulos
Las excusas
El miedo
Y ahora te das cuenta de que por las noches tienes nudos en la garganta y solo puedes disolverlos  matando los versos heptasilabos que hablan de Otoño.Tú, que prometistes no llorar ya que, ya habría tiempo para eso.
Aquel día decidistes enamorarte de su pelo,de su nariz,de sus ojos,de sus orejas,de su piel dorada,de sus pomulos,de sus manos,de sus pasos,de sus maneras...Y mirate hoy.

2 comentarios:

  1. Bueno, si un enamoramiento sale bien, entonces es lógico (todo lo lógico que puede ser el amor!) que a día de hoy sienta ese irrefrenable deseo de estar con Otoño.
    Podemos decir que incluso ha tenido suerte.
    : )

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  2. La promesas de olvidarse de los llantos no siemmpre funcionan.
    Maldito amor la infinitud de estragos que causa.
    Un beso

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