Querido Victor:
Me dijistes que si algún día me helaba de hielo que te lo contara y que si algún día me sentía triste que te escribiera una carta, por que no había nada más triste que poner en una carta toda tu melacolía.Tu de eso sabes mucho, siempre te noto triste por que echas de menos y cuando lo hacés tus papilas gustativas hacen agrio cualquier sabor que entre en tu boca.
Pero ahora soy yo la que echa de menos.La llevo echando de menos mucho tiempo.Desde el primer día en que la ví supe que algo de ella había faltado siempre, no me preguntes el qué por que yo a día a de hoy sigo sin saberlo.Me levanto por las mañanas y  ya no me conformo con ver su dibujo en el cuaderno.Quizás sea por que a pesar de que se parece mucho,el dibujo no envejece y todas las arruguillas que se le forman en los lados al sonreir no se pueden interpretar en en una pagina de cuadros en blanco.
En fín, no creo que la quiera mucho si de todas las cartas que la he echo ninguna dice te quiero.Por que no puedo Victor; ¿te acuerdas de aquella vez que tu madre te pregunto si te apetecía más chocolate caliente y tú como estabas enfadado le contestastes efusivamente qe no? Luego te arrepentistes de no haberla dicho que si querías y del mismo modo que tu contestastes que no o contesto a la par.Y te digo que no la necesito y punto final.
Aunque yo creo que tú mejor que nadie sabes que eso no es así.Que ni es punto final y ni no la necesitas.
Que me vas a contar tú que llevas 9 años buscandola en la nieve de Alaska, en las selvas de africa y te sigues pasando por el café de siempre para ver si por fín la encuentras.
Suerte Victor y deja de hacerte el héroe, que yo se que tú tambien lloras...