Un viernes 4 de marzo te empezé a echar de menos.Y con ello a volverme un poco menos cuerda.Y un poco más obsesionada.
Contido llegaron los domingos nostalgicos y melancolicos.
Llegó tu risa desde 15 pasos a la derecha y una mirada furtiva a las 13:07.
Llegarón los momentos en los que acudían las tan adoradas mariposas del jardín a visitarme, la fragilidad y el orgullo al verte pasar( y tambíen la debilidad que demostré cuando decidí decir en voz alta que no podía ni mirarte a los ojos aún teniendo el sol en contra).
Llego tu dulzura y la calidez y templanza de tus miradas.LLegó la admiración por lo angeles que siendo tan perfectos consigueron tocarme un poco la moral.
Llego todo lo que en estos momentos me hace especial.
Y ahora te irás y no mirarás atrás cuando lo hagas.Y yo no guardare ese momento.Guardare los otoños en un cajón  y con cerrojo y te metere la llave a escondidas en el bolsillo de tu pantalón vaquero.Ese que llevabas el 4 de marzo a juego con una chqueta blanca.

4 de marzo de 2011

(Fué un día memorable pués obró grandes cambios en mí.

Pero ocurre así en cualquier vida)