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jueves, 29 de septiembre de 2011

Pero esa palabra llamada amor...

(...)Tenía una manera de decir el número "dos" que me hacía sentir un hueco aquí.

Morir besando o bAsandose en los labios.Con A mayúscula,el empiece de tu nombre y el final de un todo estratégico.Ver paisajes metafísicos en sus piernas y su pelo provocando suspiros al entrar en la cafetería.La olla express me indica que es el momento de volver a la realidad.
La siderurgia metalizada de la sombra de tus ojos.
Al cielo del pasillo, al café con leche,a las manzanas, a ver como se debate entre mátematicas y ritmos perpendiculares como los de Jonh B.Guvtassen que hace el solo de guitarra con los ojos tapados,no hay remedio.La raya de tu pelo siempre está a la derecha.
Ahora vengo de plantear preguntas subalternas y descubrir que Otoño se llama Ángela en la intimidad.Si acepto que esas mariposas que traes consigo las conozco de 2ºvista tendre una indecision asegurada y una carta releida desde hace unos 8 años.
Ella,bella formula.Con una respuesta al alcance de la mano y el viento de ahí,nomas.
Te rompres literalmente por entrar en lo intengible.En lo razonado, en lo insensible.

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